“La capacidad
de los seres humanos para intervenir, comparar, juzgar, decidir, elegir,
desestimar, hace posible los actos de grandeza, de dignidad y, al mismo tiempo,
también de lo impensable en términos de indignidad… Lo que me gusta de ser una
persona con todas mis limitaciones es que soy capaz de darme cuenta de que
existen, de que estoy incompleto, y ésta conciencia sobre la limitación, además
de permitirme ir más allá, establece la diferencia entre una existencia limitada
y otra determinada.
La conciencia
de la limitación es natural porque el no estar completo forma parte de la vida
misma que, además de hombres y mujeres, incluye los cerezos de mi jardín y los
pájaros que cantan en sus ramas… no es la educación lo que nos hace educables,
sino la conciencia de estar incompletos”.
Paulo Freire